Gracias por venir!!

viernes, 1 de junio de 2012

Infidelidad

 

Había algo en aquél adiós que le inquietaba. Tenía la sensación de que no iba a ser para siempre y que el sentimiento de que así fuese realmente, le iba a traer complicaciones.

Se había topado con situaciones semejantes a lo largo de su vida pero el abrazo en que se sumió con tanta avidez como desgarro, le confirmó que algo no era como otras veces.

Se marchó calle abajo con un ahogo en la garganta, con ese nudo que aprieta y vence cuando las emociones no pueden ni deben salir porque tu vida es poliédrica y anclada. Nada debía moverse ni una sola coma. En la historia de su vida todo estaba perfectamente hilado y así debía seguir siendo. El vértice de la pirámide que adornaba sus sentimientos estaba ocupado por una moral arcaica y absurda en la que ya ni siquiera era capaz de creer, pues él le había roto todos los esquemas, ella misma se había roto en mil pedazos.

Aquél espíritu libre con el que ella no contaba, le había abierto un universo de sueños y maneras que desconocía. Sin ni siquiera rozar el más mínimo pedazo de su piel, sin atreverse a mostrarse tal cual era, sin ni siquiera decir “estoy aquí” le deseaba en silencio y lo disfrazaba de juego inocente con el que cada noche, después de acostar a sus pequeños, procuraba vencerle escondida en la maraña de sus negaciones: “no puedo, no debo, no es posible, es mentira, no siento…”

Al amanecer, aún no había cerrado los ojos por miedo a soñarle y su marido, en un rutinario acto reflejo, la abrazaba dándole los buenos días y entonces, deseaba con todas  sus fuerzas desaparecer bajo las sábanas, que le tragase el mundo con toda su rabia y no contradecir más su maltrecha vida. Sus niños le sacaban del momento aciago y entonces se sentía liberada.

Llevaba meses entre la vigilia y el sueño, en ese letargo de donde no salen los sonámbulos y quien los ve piensan que están despiertos. En un mundo donde cada mirada cruzada, cada roce al paso, cada momento de encuentro… era vivido con una intensidad heredada de un folletín barato.

Pero el abrazo de aquella despedida…

Se armó de valor, descolgó el teléfono y con el ansia propia de una adolescente cuando por vez primera llama a su futuro amante marcó su número y escuchó su profunda voz ronca y dormida

-Hola

- ¿Eres tú?

- Si

- Creí que nunca llamarías

- Ya ves

- ¿y?

- ¿y tú?

- de sobra lo sabes ¿necesitas que te lo diga?

- No, así está bien

- Te estaré esperando, no sabes cuánto te deseo

- (silencio)

- ¿vienes?

- salgo en 1 hora

- Perfecto, aún siento el calor de tu abrazo,el último día, recuerdas?

- no digas nada, por favor…

- Venga, no tardes

- te amo

- ¿qué?

- he dicho que te amo

- oye, oye, espera un momento… ¿qué tiene que ver el amor en todo esto? ¡ yo hablaba de echar un polvo! y tú también , no? (al otro lado del teléfono, se escuchaba un llanto desconsolado)  me parece que tienes un lío monumental, tía, y yo, en eso, no me meto. Venga, va, hasta la vista!!

Y colgó el teléfono

Deshecha, confusa y rota, de pronto se dio cuenta de que todas sus dudas, habían quedado resueltas.

Volvió a la cama con su marido. Le abrazó.

Y por primera vez en muchos meses, pudo dormir tranquila.

No hay comentarios: