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jueves, 5 de mayo de 2011

“El mundo nada puede contra un hombre que canta en la miseria”

Ernesto Sábato

(Leí esta frase de E. Sabato y me inspiró este pequeño relato)

Esa mañana, trató de recomponer todos los pedazos.

Por todas partes aparecían pequeños trozos. No sabía de qué modo se habían podido romper: el paso del tiempo, la mala suerte, la incertidumbre… quizá un solo pensamiento negativo había bastado. Pero no lo recordaba. Era menos doloroso no acordarse de quién , dónde , cómo y hacía cuánto tiempo. Mejor así. Ahora tocaba hacerlo de nuevo.

“Voy a intentarlo” se dijo. Y , sobre la mesa destartalada y rota , puso la primera pieza.

Entonces, comenzó a cantar.

lunes, 18 de abril de 2011

Ausencia

ausencia

Te echo de menos.

Así de simple y sólo con eso bastaría; pero decirte que no pasa nada más, sería engañarte.

Te fuiste y me fui, y tu ausencia se hizo un poco menos clara.

Pensar en ti desde lejos se hacía fácil.

Te extrañaba, pero como tantas otras veces.

Cabía siempre la posibilidad de volver, de volver a verte, de darte una sorpresa un viernes por la tarde un sábado por la mañana, de prometerte esa vuelta en coche por Madrid que nunca pudo ser (jodida suerte la mía, mira que romperse el coche!!). De darte un beso, cogerte la mano, contarte mis batallas (como tú me contabas las tuyas, te acuerdas?)… siempre estabas ahí. Y ahora… ¿cuántas cosas nos hemos perdido por el camino?

Ahora se hace más difícil.

He vuelto, pero no estás. Ya no estabas antes, pero ahora menos.

No sé si siento tristeza, soledad, abandono, melancolía, no sé lo que es. Sé que es una furia rabiosa por no escuchar tu voz, por no poder abrazarte, por no poder sentir tu mala leche incluso, también tu genio se echa de menos. Echo de menos tu falta de tacto, tu rudeza tus malos modos… porque sé que eras así y con todo eso te quería, aún te quiero y no quiero dejar de hacerlo. Dejar de quererte sería un poco como olvidarte, no? y tampoco me apetece echarte al olvido.

Siento algunas veces que estás conmigo. Quiero sentirlo, pero no oírte cuesta, no verte, cuesta, que no estés, es una putada, una gran putada.

Aún no me hago a la idea.

Por eso volver se me hace tan cuesta arriba.

lunes, 17 de enero de 2011

“Esperando a Godot” y tú, a quién esperas?

Hace mucho tiempo que no paso por este mi blog.

Ando esperando una inspiración, una musa o simplemente, algo que decir. Y hay mucho, pero no termino de ordenarlo.

Han pasado tantas cosas en estos meses, tantas intensas emociones , tanto tiempo esperando lo que por fin llegó. He dejado atrás a gente maravillosa, experiencias  únicas, que han hecho despertar en mi de nuevo las ganas, la alegría, la ilusión…

He visto cosas increíbles, mágicas, cotidianas para algunos, extraordinarias para mi: en lo maravilloso de la cotidianeidad está lo mágico, sólo hay que descubrirlo.

He llorado en algunos momentos, a veces porque me sentía sola, por la emoción de sentirme querida , por la tristeza de terminar, por la alegría del reencuentro…

He coincidido mi rodar con aves rapaces y lluvia y nieve y niebla y la Guardia Civil…

He pasado momentos de apuros, divertidos, risas, enfados de esos pequeñitos, ternura, cariño, manías, olvidos…

Y he echado de menos; mucho, pero esa sensación me gusta.

Esperé a Godot, mi Godot personal, que llegó para mostrarse puro , limpio, sin tapujos ni vergüenza, para que de una vez por todas le conociera, y sucedió. Y en ese extraño encuentro en que aparece aquello que una desea y espera  (sin saber muy bien si lo que quiere es realmente eso y no otra cosa)  en ese momento en que una dice “vaya, llegaste, te llevaba esperando tanto tiempo”, en ese momento me di cuenta que había desperdiciado demasiado tiempo simplemente esperando.

Prometo que no lo vuelvo a hacer. Godot volverá, pero esta vez mientras llega, otras cosas seguirán su rumbo y no paralizaré mis otros “mundos” por él, seguirán rodando en este pequeño Universo que soy yo misma.

Decía Roeder: “Hay otros mundos , pero están en este”

Pues eso.