Gracias por venir!!

viernes, 8 de octubre de 2010

Déjame entrar!!

rayo_de_luz

La luz del día entraba por un hueco roto de la persiana. Era una pequeña luz. Una línea perpendicular que apenas iluminaba un punto de la manta que cubría la cama. De esas líneas en las que podemos ver flotar las pequeñas e impertinentes partículas de polvo que se empeñan en dar vueltas como locas alrededor de sí mismas y entre ellas. De esas líneas que separan a veces la realidad del sueño y la locura, de esas líneas que no debes, que no puedes o que no sabes cruzar.

Abrió un ojo; miró hacia la persiana y la descubrió. Aquella pequeña línea de luz se empeñaba en intentar hacer el hueco cada vez más grande, pero era demasiado para ella, el agujero de la persiana era muy  pequeño para que entrase en toda su magnitud, porque la luz de la mañana es así, grande, inmensa, poderosa. Y se empeñaba en seguir el camino hacia la habitación, quería bañarla, quería darle colores, matices, alegría, todo aquello que ella sabía hacer tan bien y que muchas veces pocos la dejaban. Y seguía esforzándose en hacer cada vez más grande aquél pequeño hueco que, por sorpresa, había descubierto días atrás.

“No entrarás – dijo él - hoy no tengo ganas de verte” y se metió entre las mantas pensando que así la distraería de su empeño.

Pero ella era cabezota, era persistente y decidió que se haría más fuerte, más luminosa, ¿por qué no?, tantas veces lo había conseguido; aunque, en el fondo, no entendía por qué no podía entrar, por qué él no le dejaba su espacio, por qué se empeñaba en no subir aquella persiana, por qué no permitía que le diese su calor, su claridad, su brillo… y decidió no rendirse. ¿Qué tal un poco de calor? Y se hizo más poderosa.

Notó algo caliente en un punto determinado de su cuerpo. Miró y allí seguía ella pero esta vez con más insistencia “tengo que tapar ese agujero – pensó" – así es imposible estar a oscuras”. Y dio media vuelta mirando hacia la pared.

Abrió el otro ojo. En la pared, se proyectaba un pequeño círculo mal definido y en ocasiones titilante, molesto a su vista pero por alguna razón que desconocía, era incapaz de dejar de mirarlo “no te vas a ir, eh?”. Aquello empezaba a resultarle molesto e insoportable, era pequeña pero le incordiaba por todas partes y lo peor es que cuanto más le molestaba , ella se hacía mucho más fuerte. Sólo quería darle un poco de esperanza, un poco de la alegría que sabía necesitaba; lo había intentado varios días y no le permitía el paso, pero tenía que conseguirlo, así que decidió que todas las mañanas iría a visitarlo, iría a buscarlo, iría decidida a entrar por ese pequeño hueco que había visto en tantas y tantas otras ventanas…

“Lo sé – pensó ella – pero seguiré insistiendo, vendré a verte todas las mañanas, vendré a insistir en darte lo mejor de mí y un día me descubrirás hermosa, un día dejarás que me apodere de tu oscuridad, que ilumine tu estancia, que devuelva la esperanza que perdiste, que esté contigo… ha pasado tantas veces… pero seguiré esperando; volveré para decirte que sólo debes levantar un poco la persiana y, entonces, me quedaré en tu vida para siempre”.

7 comentarios:

ÁNGEL DE CASTRO GUTIÉRREZ dijo...

Hay que resistir para que al final se abran las persianas y entre la aurora y la vida de los otros en nosotros. Muy bello el relato, Rut.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Como relato es indiscutiblemente precioso pero como metáfora pienso que una de las mayores finalidades de ese rayo de luz es esa y, por lo tanto, hace bien en obstinarse en conseguir su meta.
Pero los humanos no sólo nos debemos a los demás sino a nosotros mismos, está bien esforzarse por iluminar la vida de los demás pero a veces eso oscurece la nuestra así que, en ocasiones, hay que respetar las decisiones de los demás; incluso la de darse la vuelta en la cama y mirar a la oscura pared de su habitación.
Siempre estaremos al otro lado de la ventana pero mientras no suba la persiana no debemos perdernos las miles de oportunidades que nos esperan.

Rut dijo...

Queridos amigos:
Gracias por vuestros comentarios!!
El relato surgió de una frase que vino a mi memoria, que no sé si es de Bécquer, pero sé que forma parte de un poema. La frase dice: "... con este inútil trabajo mío de quererte que tú no necesitas". Pensé en las veces que nos empecinamos en conseguir lo mejor para otro, en hacerlos felices, en ser un poco de luz y las puertas que se nos cierran.
Ahí está, lo demás, lo dejo a vuestra interpretación.

Un fuerte abrazo!!!

Pili dijo...

Ummmm... pues sí, a veces nos empeñamos en levantar al prójimo cuando él no quiere... yo siempre he sido (y soy) así pero estoy empezando a aprender que no podemos hacer nada si la otra persona no se deja!! Es duro, pero no está todo en nuestras manos... una pena!!

Besicos!! ;)

PD: Cernuda y sus mayúsculas!!

Sin querer has deshecho
Cuanto mi vida era,
Menos el centro inmóvil
Del existir: la hondura
Fatal e insobornable.

Muchas veces temía
En mí y deseaba
El fin de esa apariencia
Que da valor al hombre
Para el hombre en el mundo.

Pero si deshiciste
Todo lo en mí prestado,
Me das así otra vida;
Y como ser primero
Inocente, estoy solo
con mí mismo y contigo.

Aquel que da la vida
La muerte da con ella.
Desasido del mundo
Por tu amor, me dejaste
Con mi vida y mi muerte.

Morir parece fácil,
la vida es lo difícil:
Ya no sé sino usarla
En ti, con este inútil
Trabajo de quererte,
Que tú no necesitas.

María Ángeles dijo...

Mi querida amiga. La Luz se abre paso en nuestras vidas por cualquier recoveco, aunque estemos en la más plena oscuridad, lo que es peligroso, porque cuando llevamos mucho tiempo con ella, se nos hace muy cómodo convivir con ella. Pero ella insiste con todo su Amor para llevarnos a la Vida de nuevo. Pero siempre será cuando nosotros estemos preparados...
Sabes que te quiero.
Marigel.

rut dijo...

pequeño desastre...Cernuda tenía que ser!! no me acordaba de dónde había sacado esa frase... lástima que una vez se lo tuve que decir a alguien (bueno, lo dije, me quédé tan agusto y con las mismas, me fui con mi cariño a otra parte).
Gracias por recordármelo y regalármelo. Y sí, a veces regalamos a quien no quiere pero otras merece la pena seguir luchando. Uno es quien lo decide.

Marigel... es que eres pura poesía, mi niña!! Yo también te quiero, tenemos que vernos, eh? que va siendo hora.

Un beso a las dos!!

Azual dijo...

Ya me puse al día!

No sé con qué comentar porque los tres últimos post me han hecho pensar lo suyo...

Así que, simplemente, te doy las GRACIAS por compartir tus pensamientos y tus palabras :-)

Un besote!