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miércoles, 24 de febrero de 2010

La canción de su vida

Madrid me supera: el ruido, la aglomeración, los coches, el ambiente agobiante, el transporte público, el metro... Mi gran pesadilla. Los que me conocéis sabéis de mi problema frente a este gusano infernal y los que no... pues ya lo sabéis: no monto en Metro. Así que cuando quiero moverme de un lugar a otro en esta gigantesca maraña de ciudad... voy en autobús. Tardo más, a veces me desespero más, pero al menos, no monto espectáculos gratuitos dentro de los vagones en plan "sacadme de aquí..." .

Los autobuses de Madrid están habitados por un perfil muy determinado de personas. Unas, que como yo, deciden que bajo tierra mejor no, otras porque no quieren caminar, mucha gente mayor, pero sobre todo, personas a las que les gusta admirar el paisaje urbano, sentirse parte de la ciudad pero escondidos, desde el cristal, dentro de ese pequeño cubículo que los separa de la gran urbe. A mí, sin embargo me gusta observarlos a ellos, a los que viajan y miran por la ventanilla esperando descubrir no se sabe qué. Veo a la gente, les miro, pienso..."¿dónde irán?""¿de dónde vendrán?", como una cotilla sin remedio me paro en sus gestos e incluso me he "pillado" a mí misma intentando escuchar alguna conversación de otros... Pero lo que realmente me encanta es cuando alguien se sale de lo común: alguien como yo, que mira a los demás o que de pronto , no se sabe muy bien de dónde ni por qué, empieza a canturrear una melodía y de repente, te contagia, la reconoces y te descubres a tí misma pensando en ella o incluso cantándola tú también.

Y ayer sucedió.

Volvía a casa y sube a la caja de ruedas un señor pequeñito, con cara de cansancio, barba de unos cuantos días y despreocupación en sus maneras. Se sienta en uno de los asientos individuales, se sitúa de lado (no de frente, como sería lo habitual) sube el pie derecho sobre su rodilla izquierda y comienza a silbar.... me quedo mirando, escuchando... y la melodía me transporta a un momento casi olvidado de mi vida: debo tener unos 8 o 9 años y es una época en la que me gustan las canciones muy dramáticas, muy intensas, de amores imposibles, desengaños... (ahora horteras, claro ¡¡cómo cambia el cuento !!) me veo delante del espejo del cuarto de baño (seguro que fue uno de esos días que mi madre me castigó por algo que había hecho o dicho) con cara de coplera sin remedio cantando la canción que silbaba el buen señor.... Ese hombre... ese hombre recordaba una canción de Jeanette, madre santa!!! aquella de "frente a fenteeeee, bajamos la miraaaadaaaa, pues ya no queda nada de que hablar...." Lo peor no es que el señor silbara aquello pasado de moda, no, lo peor es que yo me puse a cantarla también¡¡ y recordaba la canción enterita!! con pausas, matices, tempos...aaaaaaghhhh!!!! y me venía a la mente mi cara afectada delante del espejo, con mis 8 o 9 años cantando aquello de "al ver que nuestro amooooor se aleja, leeeejooooos".... Tuve un momento de desconcierto y no sabía si me iba a dar un ataque de risa o de desesperación porque aquel buen hombre no paraba de silbar el dichoso estribillo de la cancioncita. No podía por menos que pensar... "¿de dónde se ha sacado el buen señor la canción esta ? y ¿por qué la silba? ¿no se sabe otra? Una canción de hace más de 20 años!!! ¿le habrá dejado su novia/esposa/amante?"... En estas andaba y casi me paso la parada en la que tenía que bajar. Y me bajé cantando "pues ya no queda naaada de que hablaaar". Mal, muy mal.

Supongo que todos tenemos una canción que te marca, que te acompaña en algún momento determidado de tu vida y te evoca recuerdos... Pensad en cualquier canción y os llevará a un momento de vuestra vida que recordaréis siempre. Aunque sea la canción más hortera del mundo. ¿No os pasa que de repente oís una melodía determinada y sin saber por qué empezáis a botar?, A mí me pasa con aquella de "Chiquillaaaaaaaa" automáticamente, doy un ridículo gritito y me pongo a saltar... ¿y?, ah , no sé; pero de pronto me veo con mis 16 años y haciendo el mismo ruidito estúpido y gritando "y yo la miiiroooooo". No sé qué será, pero escucho una canción de hace años y me vine a la mente un momento de mi vida, en un sitio concreto y haciendo algo sola o en compañía de otros... venga, pensadlo, no seáis vagos, después me lo contáis.

Yo me sigo preguntando... ¿Jeanette a estas alturas? Bueno, será la canción de su vida.

martes, 9 de febrero de 2010

SUBE A NACER CONMIGO, HERMANO

Un poema maravilloso que quisiera compartir...


Canto General
Pablo Neruda

Sube a nacer conmigo, hermano.
Dame la mano desde la profunda
zona de tu dolor diseminado.
No volverás del fondo de las rocas.
No volverás del tiempo subterráneo.
No volverá tu voz endurecida.
No volverán tus ojos taladrados.
Mírame desde el fondo de la tierra,
labrador, tejedor, pastor callado:
domador de guanacos tutelares:
albañil del andamio desafiado:
aguador de las lágrimas andinas:
joyero de los dedos machacados:
agricultor temblando en la semilla:
alfarero en tu greda derramado:
traed a la copa de esta nueva vida
vuestros viejos dolores enterrados.
Mostradme vuestra sangre y vuestro surco,
decidme: aquí fui castigado,
porque la joya no brilló o la tierra
no entregó a tiempo la piedra o el grano:
señaladme la piedra en que caísteis
y la madera en que os crucificaron,
encendedme los viejos pedernales,
las viejas lámparas, los látigos pegados
a través de los siglos en las llagas
y las hachas de brillo ensangrentado.
Yo vengo a hablar por vuestra boca muerta.

A través de la tierra juntad todos
los silenciosos labios derramados
y desde el fondo habladme toda esta larga noche
como si yo estuviera con vosotros anclado,
contadme todo, cadena a cadena,
eslabón a eslabón, y paso a paso,
afilad los cuchillos que guardasteis,
ponedlos en mi pecho y en mi mano,
como un río de rayos amarillos,
como un río de tigres enterrados,
y dejadme llorar, horas, días, años,
edades ciegas, siglos estelares.

Dadme el silencio, el agua, la esperanza.

Dadme la lucha, el hierro, los volcanes.

Apegadme los cuerpos como imanes.

Acudid a mis venas y a mi boca.

Hablad por mis palabras y mi sangre.