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domingo, 29 de julio de 2012

Si te vas

Puede que lo hagas

Y no se me ocurre nada que decirte ni cantarte ahora mismo. Pero lo haré. Si te vas, si por fin lo decides, si tienes que hacerlo… te cantaré.

Si te vas… quizás sea algo como esto:

TANTAS COSAS – ISMAEL SERRANO

Si te vas, los árboles del parque
seguirán creciendo, pasará este otoño.
Se unirán dos nuevas soledades,
se dirán mentiras, seguiremos locos.
En el Metro sonreirás dormida camino de clase
y yo como siempre quizás llegué tarde.
Seguiré cerrando bares y recuerdos.
No aprenderé nunca a retirarme a tiempo.
Dormiré en la calle, besaré otros fuegos.

La ciudad en tu ausencia seguirá creciendo,
devorando vidas, haciéndolas humo.
Otros cumplirán los planes que trazamos,
que no terminamos, haciéndolos suyos.
Seguirás llorando en algunos cines,
olvidando todo aquello que aprendiste.
Nacerán mil niños y nuevas canciones,
y quizás alguno, quizás, lleve tu nombre.
Nuevos simulacros, nuevas confesiones.

Si te vas, los árboles del parque
seguirán muriendo y también mi fe.
Seguiré olvidándome las llaves
al salir de casa, y quizá en tu piel
haya quien esconda allí su cansancio,
todos sus temores, o quizás sus labios.
Tantas, tantas cosas seguirán pasando,
que quizás las cosas no nos cambien tanto.

Tantas, tantas cosas.

Pero si te vas, estos días serán
esa sucia y vacía franja de playa
que queda cuando tú te has ido,
cuando el mar se aleja y la marea baja.
Yo estaré cansado y quizá más viejo,
maldiciendo estos días muertos.
Tantas, tantas cosas seguirán pasando,
que quizás las cosas no nos cambien tanto.

Tantas, tantas cosas.

viernes, 20 de julio de 2012

El lavavajillas

(Aviso: es un post laaaaaargo, laaargo)

Últimamente no hago más  que liarla como Jaimito.

La última: con el lavavajillas de mi cuñado.

Estoy en el chalé de mi cuñado (por unas historias que no vienen al caso aquí ni ahora) toda reinona. Me levanto tarde, aseo un poco la habitación, me tumbo en la tumbona, me doy un rico baño en la piscina, hago cositas de casa, preparo la comida para el currante que llega hambriento y hoy, que volvemos a nuestra casa, me dice este (el que digo que es el que curra), me dice: “podías poner el lavavajillas”, “tiene toda la razón – pienso- qué menos que colaborar y dejarle todo limpito”. Y  el currante, se va a darle a la paleta otro rato.

Y me quedo a solas con él.

- Lo primero que pienso es: “¿y cómo demonios se pone?” No tendría que ser muy difícil , todos más o menos son iguales. Pues no, este es raro. Tampoco es que yo sea una experta en esto de los lavavajillas; en casa, mi madre sigue fregando los platos y el de mi chico me tiene dicho que lo ponga al 3, y punto pelota. Pero este es diferente. No tiene indicaciones de ningún tipo por ninguna parte, excepto una ruedecita que pone “1,2,3 y 4”… y unos dibujitos al lado con lo que parece ser muchos platos, un plato, una olla… “¡ay dios! – pienso- en qué numerito será?” y decido que el 2 tiene buena pinta, ni mucho ni poco porque el 4 aparece con una especie de ducha que digo yo, sería el aclarado final. Así que, con el impulso que me caracteriza, lo giro al 2. “Bien, – me digo- primera decisión tomada”.

- Segundo momento: “¿dónde estará el jabón de esto?” y me pongo a buscar por toda la cocina. Nada, no encuentro ni pastillitas, ni polvitos de esos que vienen en paquetes grandes “pero yo he dicho que le dejaba todo limpio”, así que sigo en mi búsqueda del limpiaplatos específico. Nada, no lo veo por ninguna parte. Tampoco es mi casa, oiga, como para estar investigando demasiado, así que…”da igual, lo voy sacando poco a poco y lo friego y luego… - me detengo un segundo ante la botella del Fairy ultra- ¿y si?… no, no, que seguro no vale… y por qué no va a valer? si es un friegaplatos igual” Así que, con el siguiente impulso que me invade en el día de hoy ,decido echar Fairy Ultra al friegaplatos.

- Tercer momento: busco el cajoncito del jabón. Leo en la etiqueta del Fairy “una gotita = 20 lavados” ya, y yo que me lo creo. Así que lleno el cajoncito ese donde se echan los polvitos o la pastillita, hasta arriba. Que yo no sé cómo irá el Fairy, pero las marcas blancas (o sea las que yo uso) te engañan y bien. Pues eso, bien de Fairy. Y lo cierro y le doy al botón. Me relajo en un sofá que hay en la cocina viendo la tele y trasteando con el ordenador. Hace mucho calor para salir a la piscina, así que me quedo aquí, que se está fresquito y de paso le echo un ojo a eso, no vaya a ser que…

- Cuarto momento: el horror. Me estaba quedando medio dormida pero algo no me dejaba parar. Oigo un ruido que viene del lavaplatos, una especie de quiero y o puedo, arranco pero no, hago pero no hago, parece que funciono, parece que estoy quieto… bueno, pues vaya tontuna. Pero no miro. Sigo entre el ¿me duermo o no me duermo?. Y suena el teléfono. Ye me incorporo par cogerlo, que lo he dejado encima de la mesa y al girarme… ¡¡aaaaaaghhhhhh!!, una montaña de espuma preciosa y blanca llega hasta la mitad de la cocina, ¿qué demonios es eso? Me levanto espantada  y veo que sale de las juntas del lavavajillas, por todas partes!! por arriba, por abajo, por los lados y sale, y sale y sale… coño, el Fairy!!! pues va a ser verdad que funciona!!! Me da por reír, pero ¿cómo leches recojo la espuma , y cómo lo paro y,y, y…me doy cuenta que me llega la espuma a la espinilla y os juro que no exagero, pero lo peor no es eso, lo peor es que sale a una velocidad de vértigo. Ay madre!!! La cantidad de pensamientos que me han cruzado la cabeza en pocos minutos. Y el teléfono sigue sonando. Uf, me relajo. Lo primero: lo paro. ¿Yyyyyy? lo abro o no lo abro? y si sale agua? encima agua!! no lo abro, me voy a por la fregona, echo todas las bayetas que encuentro  e intento recoger como puedo todo lo que hay por el suelo. Pero la espuma sigue saliendo. Así, que, después de más o menos tener limpio el espacio, lo que ha venido durando unos 10 eternos minutos, me decido abrirlo. Con mucho cuidadito abro un poquito, compruebo que no sale agua… pero tampoco hay platos!! ni vasos!! ni cubiertos!! Sólo veo una montaña espesa de más espuma blanca y bonita que de pronto empieza a esparcirse de nuevo por todas partes…ay, jodida, como ahora tienes espacio… allá que va… y cierro corriendo de nuevo. ¿Qué hago? Vuelvo a limpiar y de repente veo el número 4 con la especie de ducha dibujada… y si? pues eso, ya de perdidos al río. Y le pongo al 4. Cruzo los dedos y la espuma sigue saliendo, pero esta vez en menor medida. Lo paro, miro, parece que funciona. Así que le dejo todo el 4 de nuevo mientras sigue saliendo espuma por todas partes y voy recogiéndola. “Estos dos me van a matar” decido no decirles nada, ¿para qué el disgusto? eso si, siempre y cuando sea capaz de acabar con la dichosa espuma y seguro que acabo con ella, menuda soy yo!!!. Acaba el 4 y abro. Los platos de abajo ya se ven pero siguen teniendo espuma y agua en el fondo. Ya empiezo a estar nerviosa así que, lo saco todo y decido aclararlo y secarlo a mano. Y por si acaso funciona, le voy a poner otra vez el 4.

- Quinto momento: tenía que haber seguido a mi instinto y fregar los platos a mano, que es lo que he terminado haciendo.

- Sexto momento: a ver qué pasa… abro el friegaplatos, ya no hay espuma, pero está ardiendo. Ya está, Rut, para quieta. Se acabó.

- Sétimo momento: lo seco todo, lo guardo (eso sí, ahora estoy muerta de la risa) y decido que tengo que escribirlo. Ya está bien de cosas tristes, vamos a echarle cachondeo al Blog. Y me siento a escribir. Menos mal que me voy para casa esta tarde y no vuelvo hasta no sé cuándo. Calladita estoy mejor. Y total, nadie de la familia me lee… (eso espero, jajajajaja).

- Octavo momento: decido que a partir de ahora voy a comprar Fairy Ultra  y se lo voy a recomendar a todos mis amigos y conocidos. Si, si.

PD: acaba de entrar mi cuñado por la puerta y me ha pillado escribiendo en el ordenador; me pregunta “¿qué haces?” respuesta: “nada, tonterías”.

Pues eso.

jueves, 19 de julio de 2012

Esas cosas que pasan

Me dice un buen amigo…

A veces pasa.

Pasa que el corazón se te parte en dos y las mitades luchan entre sí para ver cuál es más fuerte. Y mientras la pelea surge en tu interior, quisieras tener la posibilidad de vivir dos vidas, de poder amar al  mismo tiempo. Porque puedes, porque es posible, porque aunque parezca una falacia, esas cosas te pasan aunque te suene increíble. Pero no está bonito. Porque nadie lo entiende, (bueno, ni siquiera lo cuentas). Una mitad aflora y la otra aguarda callada en silencio esperando que le des alas para volar… Y quieres hacerlo, pero no te atreves. Demasiados prejuicios, demasiados miedos, demasiadas ataduras y complejos que no nos dejan ser quienes somos. Demasiada austeridad con uno mismo. Ni siquiera el otro ser amado es consciente de ello, no dejas que suceda, no hay roce, y te mueres por ella, por darle si quiera un tierno beso. Pero paras, puedes con ello, no dejas que una mirada te confunda, o un simple abrazo ni siquiera una sonrisa. Aunque te ríes con ella, juegas con ella, inventas con ella… pero no dices lo que sientes, tienes miedo y es  entonces cuando decides acallar tu corazón:  buscas lo cómodo, lo que aparentemente es más fácil, lo que no te inquieta ni te perjudica demasiado, ni hace daño a los otros, porque claro, hay otros. Y piensas que lo mejor es guardar lo que siente esa parte de ti, meterlo en una cajita preciosa adornada con un lazo de color rojo, con una etiqueta pequeñita que diga “imposible” y buscas en tu interior donde tienes guardado aquello que dicen que se llama “platónico” y ahí lo almacenas. Y lo dejas dormir, e inventas una palabra nueva para llamarlo, que normalmente suele ser esa tan especial… amistad.

Pero aunque pasen los días y la distancia se haga grande y parece que todo se relaja, esas cosas que pasan, siguen ahí, y cuando tu mitad se inquieta, se revuelve cuando la oyes, cuando la ves, cuando la piensas… no sé si pueda callarse lo que uno tiene ganas de gritar a los cuatro vientos, de hacer con la intensidad del fuego, de cantar con el volumen de un trueno… no lo sé.

Pero créeme si te digo, que esas cosas pasan.

A ti, ¿no te ha pasado nunca?

Le digo que yo he sido más lista que él. Antes de dejar que el corazón se dividiera,  ya tenía preparada la cajita.

Lo que no sé es si podré  tenerla cerrada mucho tiempo…

Porque esas cosas , pasan.

lunes, 16 de julio de 2012

Teresa

Llevo varias noches soñando contigo. Siempre te tengo presente, qué quieres, te sigo echando de menos. Y no sé por qué, cuando llega el verano, estás más aún.

Te escribí esta canción hace años, en un momento en que había que dejarte ir. Ando pensando en la música desde entonces, pero no brota.

Quizá la sueñe esta noche, mientras te ríes y te siento tan feliz…

TERESA

¡Cómo quisiera darte  un par de alas para volar!

y, como dice el poeta:

un castillo de diamantes,

una jaula hecha de oro, zapatitos de cristal.

¡Cómo quisiera alfombrarte de claveles el camino!

que cuando pises de frente,

el olor de la mañana,

me diga que ya te has ido.

Teresa, me queda el consuelo de haberte querido

la ternura de los días, donde así te he conocido

Teresa, que la vida tiene estos toques de amargura

que te vuelven de repente y cantan las penas mudas

 

Y una guitarra que toque, tu nombre en la madrugada

que suenen viejos romances

y la luz de las morgas, iluminen tu viaje

y una luna brille al fondo

y sean tu pasaporte

y mariposas a coro cantarán qué fue tu vida,

¡cuántas cosas nos dejaste,

mira que te llevas vida!

 

Me quedaré con tu risa

con tus juegos en mi espalda

con los cuentos que me diste

sin pedirme nada, nada,

me quedan tantos momentos

tantos años que vivimos

que llevaré tu recuerdo

hasta el día de mi olvido

 

Y en tus ojos se dibuja, la esperanza de repente

de viajar sin equipaje, sin ropajes que te pesen

de acordarte de los sueños, de unas nuevas ilusiones

de todos los ratos buenos, de nuevas y viejas canciones

Teresa…

jueves, 5 de julio de 2012

Para quien me lo dio todo

Hoy he estado contigo. Tenía ganas de verte, muchas, pero me pasa como siempre. Cuando no sé qué hacer o qué decir, prefiero esconder la cabeza debajo del ala como el avestruz.

No sé si estoy asustada o soy una cobarde o la más egoísta de todas las mujeres, pero cuando veo esa tristeza en tus ojos… no la soporto. Y lejos de intentar estar contigo y hacerte feliz, huyo como las balas de tu lado. Justo, seguramente, cuando más me necesitas.

Lo siento, te pido mil perdones por no estar a tu altura, por no ser siquiera un pequeño reflejo de quien tú eres, por no darte ni la décima parte de lo que mereces, por no corresponderte con el amor que me has tenido desde que me supiste y más aún desde que tu soledad inundó nuestra vida.

Te quiero. Te quiero como no te imaginas, pero estoy asustada. Estoy cansada de que tu vida no sea serena y calma. Estoy cansada de no poder hacer nada y de salir corriendo de tu lado por no saber cómo hacer. Yo también tengo miedo por él. De alguna forma vino a nuestras vidas y se instaló y forma parte de ella. Y tampoco quiero que le suceda nada, no deseo que sufra, ni que tú lo hagas tampoco.

Tu vida no ha sido fácil , pero nunca te has quejado. Siempre he visto una sonrisa en tu rostro, pudiendo con todo, valiente, serena, decidida, la más enérgica de todas las mujeres, pero hoy… He visto a una mujer derrotada, herida, incómoda, asustada… y esa no eres tú. No eres quien yo conozco y a quien admiro. Tienes razón, hasta los más fuertes tienen derecho a llorar de vez en cuando, pero algo te inquieta, algo te pasa y no lo dices…no puedes y no quieres. Y no sé si me asusta más por ti o por mi. Porque si te hundes… me hundo contigo, porque si te asustas, no sé si tenga fuerzas para reconfortarte, porque si te entristeces… no sé si pueda devolverte la risa. Hoy no he podido. Y he salido huyendo. Perdóname si no sé cómo hacer las cosas, pero soy frágil, ojalá tuviese la enésima parte de fuerza que tú, pero hoy he sido consciente de que si tú flaqueas, mi fuerza se esfuma.

Y eso también me da miedo: saber que te necesito tanto que me duele.

Y es que eres quien me dio la vida, quien me la cuidó, quien tuvo paciencia en mis malos momentos, quien soportó mi rebeldía, quien creyó en mi, quien peleó por lo justo, quien supo levantarme en mis momentos bajos, quien lo dio todo por casi nada, quien luchó sola contra el mundo y conmigo, quien hizo de payaso, de showman, de anfitriona, de todo… por ver una sonrisa de esta pequeña idiota que se equivoca tanto, que ya no sabe cómo compensarte.

Si pudiese ahora, si tuviese valor para ir a tu encuentro, te pediría que me arrullases y me cantases como entonces, te acuerdas? Necesito en este momento el calor de tu regazo, el sitio más increíble jamás inventado, el lugar donde todo se olvida y uno encuentra un refugio, el mejor sitio para soñar, para reír y también para llorar. Porque a mi también me pasan cosas, pero hago como si nada, aunque me lo has visto en los ojos… y eso también me ha puesto en guardia. No es el momento de decir… sino de sentir.

Ahora es tarde. Mañana iré a tu encuentro y te diré que te quiero. Te diré bajito también que aún con mi torpeza, me tienes. Y voy a estar ahí para cuidarte. Siempre. Porque me lo diste todo a cambio tan solo de verme feliz. Y lo fui. Y lo he sido después siempre gracias a tus cuidados, consejos, caricias, alegrías…Y aunque ahora una parte de mi vuelva a estar perdida, sé que encontrarás la forma de guiarme por un sendero de estrellas. Porque eres así, luminosa, increíble, preciosa….Intentaré hacer algo parecido, aunque no sé si pueda.

Al fin y al cabo, eres tú la que tiene el nombre más bello del mundo: mamá