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lunes, 23 de noviembre de 2009

Cómo hacer que alguien a quien queremos sea un poco más feliz

El viernes decidí hacer algo rico para alguien a quien quiero mucho y que salía de una pequeña intervención quirúrgica; como sé que le gusta, me fui corriendo a mi clase de conducir (tengo que escribir sobre esto, prometo), conduje y después compré los ingredientes para realizarla.

Subí corriendo a casa y según iba añadiendo los ingredientes, una extraña impaciencia y emoción me sobrecogía. Sólo podía pensar en su cara de felicidad al verla y sobre todo, al comerla. "Ahora esto, ahora esto otro,mmm, voy a probar... deliciosa, sencillamente deliciosa". Colocarla en el molde, con paciencia, dejarla enfriar y a la nevera!!!. Creo que tardé 15 minutos; pero que alguien se sienta querido por tan poco tiempo invertido... ¿no es maravilloso?. ¡¡15 minutos !! no es nada, a veces te pasas ese tiempo decidiendo qué vestido o qué zapatos ponerte y con ese tiempo perdido has hecho feliz a alguien durante... ¿cuánto? ah, bueno, claro...¡¡lo que dure la tarta!!, pero es tan poco tiempo invertido y tanta la alegría que puedes llegar a dar...

Quizás parezca una bobada, ¿una simple tarta de queso hace feliz a alguien?... no, claro, pero es más que eso: es el cariño, el tiempo dedicado, el pensar en el otro, en el detalle, la sorpresa... hay tanto encerrado en un simple trozo de tarta...

¡¡ Probadlo !! es tan fácil...

Ingredientes:

  • Un gran vaso de leche
  • Una Tarrina de queso "Philapelphia" o similar
  • Un brick de nata líquida (medio litro)
  • Un sobre de cuajada para hacer
  • Un poquito de azúcar (al gusto)
  • Bizcochos de soletilla o galletas machadadas para la base
  • Y una dosis gigante de cariño y generosidad

Forma de hacerse:

  • Pensar en aluien que necesite una sorpresa, alegría, sentirse amado o simplemente, porque sí.
  • Comprar los ingredientes sin tacañería
  • Subirlos a casa con una enorme sonrisa en la cara
  • Echar todo (menos los ingredientes para la base) en un bol y batir con la batidora
  • Poner a fuego lento sin dejar de remover, y una vez que hierva un poco, retirar del fuego.
  • Machacar las galletas con un poquito de mantequilla para colocarlos en la base del molde que utilicemos o los bizcochos de soletilla en la base "mojados" con un poquito de café.
  • Dejar enfriar en la nevera
  • Decorar con mermelada de arándanos (o con lo que se quiera)
  • y esperar a que la persona sorprendida la pruebe y diga... "¡guau!, qué poco necesito para ser feliz..."

NOTA IMPORTANTE: Funciona!! Tambíén se puede hacer con tarta de chocolate, bizcoco, una buena paella, un guiso de carne con patatas...eso lo dejo a vuestro gusto.


martes, 17 de noviembre de 2009

Esa extraña compañera de viaje

Hoy he estado visitando el blog de un buen amigo.
He visto una fotografía suya algo inquietante pero serena.
Un cementerio , una mujer dormía sobre una de las lápidas... ¿dormía?... ¿esperaba?... ¿lloraba? o ¿estaba muerta?. Me inquietaba y al mismo tiempo me ha producido una paz extraña a la vez que me ha recordado mis pocas, escasas, nulas visitas al cementerio.

Nunca he entendido qué me sucede a este respecto y tampoco sé si quiero averiguarlo.

Creo que fue el año pasado cuando, por segunda vez en mi vida visité la tumba de mi padre. Y fue casi por compromiso y sin saber muy bien qué hacer allí ni qué pensar ni qué sentir.... no sé qué me pasa ante la muerte. Quizás la huida de ella, me haga sentir que desaparece, que si no la veo, se marcha, que si no la nombro, no está, que si no vas al lugar de reposo de aquellos a quienes has querido, ellos no se marchan nunca...no lo sé. Lo que sentí el año pasado al ir a ese lugar, fue lo más alejado a la tristeza. Rabia, impotencia, indignación... y la sensación de ir a un sitio donde reposa alguien a quien sólo he conocido de oídas, por quien debo sentir forzosamente una especie de cariño en el recuerdo; lo más raro es tener que amar a alguien a quien no he conocido ... a veces creo que soy lo peor por sentir, o peor, por no sentir nada de lo que se supone debo sentir... y esto me produce un rechazo enorme a la hora de visitar el dichoso cementerio.

Siempre me ha producido más tristeza oír hablar a los que sí le conocieron . Su pena, su dolor, eso sí me ha conmovido, pero nunca he querido saber lo que realmente se siente, porque no lo siento. Quizás esté enfadada con él por dejarnos, por marcharse sin darme la oportunidad de crecer a su lado, por no disfrutar de su voz, sus caricias, su compañía, sus enfados, su risa, sus silencios... me lo he perdido todo.

Pero sé que la culpa la tiene "ella", esa extraña compañera de viaje que cuando menos te lo esperas asoma y te dice sin piedad..."hey, que te vienes conmigo...y sin rechistar ". Jodida compañera. ¿Por qué no le dejaste conmigo? Me hacía más falta a mi que a ti y tú, egoísta, lo quisiste para sola... fea, desagradable, asquerosa...si nadie te quiere. Tonta e inoportuna, eso es lo que eres. Pero claro, no tenemos más narices que llevarte con nosotros. En este extraño viaje que es la vida, siempre estás a nuestro lado, y sin ninguna prisa, esperas tranquilita a que el momento se te antoje adecuado...y ahí aparecer. Yo no te quiero conmigo, qué quieres que te diga, pero no tengo más remedio que llevarte. Ahora, a lo mejor si te ignoro... pues eso, te piras. O al menos me resultas menos tonta y menos fea.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Comienzo

Siempre es la primera vez.

Y así debería seguir siendo.

Cada paso, cada beso, cada espacio, cada momento, cada mirada, cada compañía... siempre como si nunca hubiese sido.

Así, empezando cada segundo, todo se vuelve mágico: tu vida empieza de nuevo si imaginas el principio, tu piel renace, tus ojos brillan de otra manera, tu voz canta y suena limpia.... la alegría de conocer te llena, y el saber que aún algo puede sorprendente, hará más fácil ese comienzo.

Porque volvemos a empezar, ¿Ves a lo lejos el barco? , un sitio lleva tu nombre y si quieres...es tuyo. ¡¡ Levántate, , pelea, lucha, llora, grita, escupe, muerde con rabia !!...pero anda, camina, corre, vuela si es preciso..... y comienza una y otra vez.

"Un comienzo no desaparece nunca,
ni siquiera con un final"
Harry Mulisch